Somos las Comunidades y Pueblos Afrodescendientes, Africanas, Moras/ Musulmanas, Rromanís (Gitanas), de Abya Yala, Indígenas, Caribeñas y Asiáticas. Somos las racializadas, las migrantes, las hijas de migrantes, las españolas racializadas, somos las negras, las indígenas, las indias, las moras, las mestizas, las chinas, las gitanas. Las que vinimos pequeñas, las que nacimos aquí. Las refugiadas. Las que estamos aquí con y sin papeles. Las trabajadoras de la fresa, las temporeras, las porteadoras de la frontera Ceuta Melilla, las trabajadoras del hogar y los cuidados, las estudiantes, las vendedoras ambulantes, las profesionales, las madres, las camareras y limpiadoras de bares, hoteles y restaurantes. Las internas que no pueden salir, somos las que son expulsadas en vuelos de deportación y las que dejaron su vida en el mar Mediterráneo intentando llegar a esta falsa promesa llamada Europa, que es la Europa fortaleza. ¡Éstas somos!
Hace cinco años el antirracismo salía por primera vez en el mes de noviembre para recordar a Lucrecia Peréz, asesinada en 1992 por un Guardia Civil por ser negra, migrante y pobre, desde entonces hemos salido a las calles cada año para recordar a las víctimas de las violencias y reivindicar nuestro derecho a la vida.
¡No olvidamos!
El 13 de noviembre salimos a las calles por Lucrecia, por Mame, por Manuel, por Illias, también por Younes, asesinado al grito de moro; por Eleazar, asesinado por gitano y por diverso funcional; por las dos mujeres latinoamericanas que fueron acuchilladas en los últimos meses en la cola del banco de alimentos por ser migrantes precarias; también por Samuel, asesinado al grito de maricón. Por la joven arrojada de la muralla de Lugo por mujer trans. Por Daniel Jiménez, porque no fue un suicidio su muerte en la cárcel de Algeciras. Salimos por el reciente asesinato de Issa M., de origen ghanés, quien fue asesinado por la Policía Nacional con 4 tiros en la zona Villaverde. Por las más de 35 mil personas muertas en el mediterráneo intentando llegar a Europa en los últimos 15 años, el 80% murieron ahogadas. Por las que no se han documentado y han desaparecido en una de las rutas migratoria más mortíferas del mundo.
Salimos por cada agresión, por cada insulto, por cada puerta cerrada, por cada oportunidad negada, por cada vida perdida.
Desde nuestras trayectorias de vida comunitarias entendemos que el colonialismo y el racismo estructural son dos cuestiones históricas que están presentes en todos los ámbitos donde se desarrollan nuestras vidas. Las expresiones y acciones de odio han aumentado en los últimos años. Lo vemos en las calles, se pasea por nuestros barrios, está en el Congreso, se legitima en los medios de comunicación y se propaga en las redes sociales a través de un lenguaje cada vez más agresivo. La violencia racista, homófoba y machista está en las leyes, se refleja en políticas deshumanizadoras y crece ante la complicidad de los gobiernos, partidos e instituciones.
Los discursos fascistas y racistas están cada vez más presentes en las redes sociales, los medios de comunicación y en las calles, envalentonados por un contexto de aumento del racismo que se legitima con su presencia en los parlamentos europeos. Nuestras menores no acompañadas son utilizadas como arma arrojadiza por los partidos políticos que les criminaliza y les convierte en diana de su odio y su política de discriminación.
Políticas migratorias racistas, genocidios, esterilizaciones forzosas y pogromos antigitanos que repetitivamente se suceden en la Unión Europea y España, así como de los 600 años de persecuciones, las 250 pragmáticas y leyes antigitanas, la guerra civil y el asesinato de nuestra lengua madre el Romanó, en el Estado español.
Por el simple hecho de no tener documentación se nos encierra en los centros de internamiento de extranjeros (CIEs) donde se vulneran sistemáticamente nuestros derechos: sin haber cometido un delito nos vemos privadas de libertad e incluso nos deportan a otros países de los cuales no son los de nuestra procedencia. Denunciamos que han sido asesinados en los últimos años varios de nuestros compañeros dentro de estos centros.
Denunciamos la existencia misma de la ley de extranjería como instrumento que da cobertura legal al racismo institucional, a los CIES, a la brutalidad policial, a las identificaciones policiales por perfil racial, a que unas vidas valgan más que otras.
La falta de recursos en la administración, policía y juzgados tiene una incidencia directa en las vidas de las personas migrantes. No es nada nuevo, ya venimos denunciando esta situación que se ha visto agravada por la pandemia y la incapacidad del estado en asumir responsabilidades. La falta de citas de extranjería y la saturación en las atenciones, tiene como resultado el colapso en la gestión de trámites vitales para nosotras las personas migrantes: no podemos acceder a la entrevista inicial para solicitar asilo, a la toma de huellas para tener una tarjeta de identificación o peor aún, esta situación nos suele llevar a la irregularidad sobrevenida. El colapso de las oficinas de extranjería y comisarías es una de las consecuencias del racismo enraizado en las instituciones del estado.
Además sin padrón no podemos acceder a derechos básicos como la sanidad, educación, transporte, servicios sociales y municipales o iniciar trámites de extranjería. A la hora de darnos de alta en el padrón municipal muchas de nosotras hemos sufrido prácticas racistas, donde funcionarios o autoridades locales adoptan medidas obstaculizadoras que no se ajustan a la ley, con el único fin de no empadronarnos, ya que como personas racializadas siempre hemos sido sujetos de sospecha.
Denunciamos el incumplimiento sistemático de nuestros derechos sociales, laborales, políticos, civiles y económicos.
Denunciamos la pervivencia de calles, plazas y monumentos en honor a personas y hechos históricos que fueron parte de la persecución, intentos de exterminación y explotación histórica de nuestras comunidades. Nuestras acciones políticas están íntimamente conectadas con las luchas de los Sures, con los levantamientos de los diferentes pueblos que conforman Abya Yala, el Caribe, Asia y África, sus victorias son las nuestras, sus fuerzas nos ayudan a luchar desde la Metrópoli para poner fin a las políticas neoliberales que este capitalismo racial lleva imponiendo durante siglos a gran parte del mundo.
Señalamos la violencia económica y social que supone la estafa hipotecaria, la expulsión de familias de sus hogares y el racismo a la hora de alquilar un piso que vivimos muchas migrantes, gitanas y racializadas. Los desahucios, que nos afectan más a las familias migrantes, no han parado durante la pandemia ni en la mal llamada “nueva normalidad”.
Denunciamos la falta de protección y derechos sociales. El “Escudo social” del gobierno en la reciente crisis sanitaria y económica nos deja fuera, no nos protege. El ingreso mínimo vital ha dejado fuera a cientos de miles de personas en situación administrativa irregular, muchas de nosotras no nos pudimos acoger a él, y por tanto quedamos en situaciones de extrema pobreza y vulnerabilidad. Tampoco pudimos acogernos a un ERTE los riders y los repartidores a domicilio, las 600.000 trabajadoras del hogar y los cuidados, los falsos autónomos en diversas ocupaciones, los autónomos. Trabajos en los que nosotras somos mayoría y que nos quedamos fuera de esta medida.
Denunciamos las condiciones de semi esclavitud de los y las trabajadoras del hogar y de los cuidados, la explotación laboral de las personas migrantes y racializadas, en especial las que se encuentran en los campos de Andalucía. Y la vergüenza que supone que España siga a estas alturas sin ratificar el convenio 189 de la OIT.
En el caso de profesionales migrantes, cuestionamos el racismo estructural, la no igualdad de oportunidades porque pesa más el color de piel, el origen racial y nacionalidad. Lo cual nos condena a la precariedad racial y se sigue catalogando al migrante como aquel que está destinado a realizar trabajos que los mismos españoles no quieren y en condiciones de vulnerabilidad e inestabilidad laboral. Condenamos la no convalidación de estudios y experiencias laborales que nos lleva a muchas de nosotres a realizar trabajos precarios que no están vinculados con nuestra formación.
Denunciamos la segregación, guetización y la violencia racista que hay en colegios, institutos y universidades, que somete y oprime a las niñas niños y niñes racializades. Señalamos y denunciamos la separación de familias por quitas de custodias que se sustentan en razones racistas y clasistas.
Denunciamos la negación de la asistencia sanitaria. La reciente baja en el sistema sanitario madrileño de personas sin permiso de residencia en la comunidad de Madrid. Este cruce de datos de seguridad social con documentación vulnera los derechos de las personas y es una tendencia a nivel estatal. Sin acceso a sanidad, en condiciones precarias de vida, sin acceso a medicamentos y materiales de protección como los EPIs, sin poder hacer cuarentenas, sin acceso a pruebas diagnósticas.
Denunciamos la situación de abandono en la que se encuentran muchas personas con estatus de refugiados y también en la que se encuentran las personas trans migrantes y refugiadas que pelean por un nombre, la criminalización y persecución a la que se ven sometidos nuestros niños y niñas que migran solos.
Denunciamos la hipervigilancia policial de nuestros cuerpos, de forma constante y cotidiana y las paradas racistas en nuestro día a día, las muertes en extrañas circunstancias y los asesinatos ejercidos por las fuerzas de seguridad, por los que exigimos justicia.
Ocupamos las calles y nos organizamos para reivindicarnos como sujetos políticos que aman, honran y respetan profundamente sus orígenes y que quieren enfrentar a toda aquella persona, organización e institución que niegue la diversa vida de nuestras comunidades. Venimos de siglos de resistencia, de prácticas, pensares, espiritualidad y sentires, donde desde nuestra corporalidad y cosmovisiones defendemos modelos de vida digna. Continuamos reivindicando nuestras ancestralidades, afirmando cotidianamente la resistencia, la vida y el amor frente a las políticas de muerte y odio producidas por la colonización y el racismo.
Desde la auto- organización política antirracista, construida desde la asamblea antirracista, exigimos lo siguiente a las instituciones españolas:
Reivindicaciones de la Asamblea Antirracista
En referencia a las políticas migratorias, exigimos:
Cierre definitivo de todos los Centros de Internamiento de Extranjeros y de todos los espacios institucionales que atentan contra la dignidad y la vida de las personas migrantes.
Derogación de la Ley de extranjería y de todo el cuerpo normativo racista, con especial atención al actual genocidio en el Mediterráneo, del que se lucran empresas y organizaciones españolas.
Regularización inmediata, permanente y sin condiciones de todas las personas migrantes en situación irregular, solicitantes de asilo y protección internacional que hay en España. Además de garantizar que todxs lxs nacidos en España adquieran la nacionalidad.
Garantizar el acceso a una sanidad pública, universal y de calidad. Homologar protocolos que impidan arbitrariedades atribuibles al criterio del personal en los centros de salud a la hora de dar de alta a las personas migrantes en situación administrativa irregular o en situación de estancia. Facilitar intérpretes y mediadores en el Sistema Sanitario que garantice el acceso pleno a la salud a personas que no hablamos español como primera lengua.
Derecho al cambio de nombre y a la identidad en los documentos de las personas trans migrantes sin necesidad de tener la nacionalidad española. Ampliación y modificación de la Ley para la Igualdad plena y efectiva de las personas trans para facilitar que las personas trans migrantes y en situación irregular puedan ejercerlo.
Garantizar el derecho al voto para todas las personas migrantes residentes en España.
Plan Estatal de protección de la infancia y juventud que migra sola, que incluya un protocolo de tratamiento mediático y político.
Poner fin a la criminalización de las familias migrantes y/o racializadas, que se asocia con la pobreza y precarización, y que se traduce en la constante quita de custodias de sus niñes por parte de los servicios sociales, afectando especialmente a las familias monomarentales, provocando la separación forzosa de las familias, lo cual produce daños psicológicos en los menores que en ocasiones han incitado suicidios. Garantizar el derecho a la reagrupación familiar.
Poner fin a la militarización de la Frontera Sur y a las políticas de externalización de fronteras.
Cese de las persecuciones y criminalización de lxs trabajadorxs sexuales, que se respeten sus derechos y sean ellxs mismxs lxs interlocutores en lo que a su profesión se refiere.
El cese de las persecuciones y prohibiciones a Trabajadores de la Manta.
Abolición del régimen de interna en el empleo del hogar y la ratificación del Convenio 189 de la OIT que equipara los derechos de las trabajadoras del hogar y los cuidados al resto de derechos de la clase trabajadora.
Garantizar el acceso al padrón municipal para todas las personas racializadas y migrantes independientemente de su origen y situación administrativa. Asignar más recursos a las oficinas de extranjería y comisarías con el fin de garantizar el acceso a citas de extranjería y la agilidad en la tramitación de los expedientes de extranjería.
Fin de los Tratados Comerciales Internacionales que favorecen el expolio de la tierra y los pueblos originarios. Control a las empresas y multinacionales españolas a nivel internacional, que operan en territorios de pueblos originarios y cese inmediato de contratos abusivos firmados con gobiernos que permiten la destrucción del territorio y hacen posible el asesinato y persecución de lideresas, lideres e integrantes de pueblos originarios que defienden la tierra, los recursos naturales y los derechos humanos de nuestros pueblos.
En relación a políticas de reconocimiento de la Diversidad Étnico racial, exigimos:
§Plan Estatal Antirracista que garantice la diversidad y la no discriminación racial, sexual, de género, capacitista y de clase en espacios culturales, políticos, educativos, laborales y de ocio que incluya un seguimiento de los casos de acoso escolar por antigitanismo, xenofobia, racismo, lgtbfobia y reparación ante los daños generados a niñxs, jóvenes y familias migrantes y/o racializadxs no blancxs.
Recopilación de datos con absoluta certificación del cuidado extremo en el tratamiento y uso de estos sobre origen étnico racial: La recogida de este tipo de datos es una condición imprescindible para contrarrestar la extranjerización de las personas racializadas, España no es blanca. Asimismo estos datos nos permitirán dar a conocer las desigualdades estructurales que viven nuestras comunidades y pueblos debido al racismo institucional que hay en nuestro país.
Creación de una Comisión Estatal de Memorias Antirracistas con el fin de poner en marcha un proceso de verdad, justicia y reparación sobre los crímenes estatales contra la población rromaní y los crímenes de colonialistas y neo-colonialistas cometidos por las élites institucionales, políticas y económicas del Estado español. Así como la eliminación de todos los monumentos coloniales, el renombramiento de las calles que rinden culto a colonos asesinos y esclavócratas y genocidas del Pueblo Gitano, y la devolución de todos los artefactos culturales y piezas artísticas que fueron robados de Abya Yala, África, Filipinas y que se encuentran en el Museo de América y el Museo de Antropología en Madrid y exigimos las infraestructuras y recursos para la recuperación del idioma Romano, arrancado literalmente por el estado español.
Plan Estatal de lucha contra la islamofobia estructural que incluya el cumplimiento de los Acuerdos de Cooperación entre la Comisión Islámica Española y el Estado español firmados en 1992, así como la retirada de todo lo islámico presente en la legislación, normativas y protocolos contra el terrorismo y la “radicalización”.
Plan Estatal de lucha contra el antigitanismo estructural que incluya la autonomía romaní en igualdad de condiciones con el resto de estatutos de autonomía del estado, las políticas de reparación histórica del Pueblo Rromaní en términos simbólicos y materiales, además, la retirada inmediata de los monumentos y menciones a personajes antigitanos en todos los espacios públicos.
Proponemos que se garantice nuestro derecho a la salud mental, que el racismo perjudica con el maltrato, el aislamiento, la hipervigilancia y el malestar personal. Además, las personas racializadas y/o migrantes tenemos más posibilidades de ser víctimas de la psiquiatrización.
¡Llamamos a la acción!
Somos la resistencia, todo lo que se mueve contra el sistema cisheteropatrialcal colonial hegemónico, hemos venido a romper cada binomio y dualidad normativa, a desmantelar la blanquitud y derribar sus fronteras. A prender fuego al orden colonial. Desde ahí, desde acá, desbordando la linealidad eurocentrada y estática del espacio-tiempo. Resistencia Antirracista, ahora y siempre.
Porque nosotras sabemos más que nadie que si no nos organizamos nadie va a velar por el cumplimiento de nuestros derechos políticos, civiles, económicos, sociales y culturales, si no nos organizamos, en conexión con los Sures, seguirán impulsando políticas neo- colonialistas desde las Metrópolis. Si no nos unimos entre todas aquellas que luchamos contra el racismo, el machismo, la defensa de las disidencias sexuales, el clasismo; las que luchamos contra toda discriminación estructural e histórica, contra la explotación de nuestros territorios, ellos, los que defienden desde las instituciones, políticas contrarias a nuestras vidas, se unirán contra nosotras, nosotros y nosotres.
Por todas las razones expuestas saldremos a las calles el próximo Sábado 13 de noviembre, empezaremos a las 17:00 pm NEPTUNO – CIBELES- CALLAO – SOL
¡CONTRA LAS VIOLENCIAS RACISTAS Y LOS DISCURSOS DE ODIO!
Lucha y Resistencia Antirracista, ahora y siempre.
Firmas: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSeRd0B7c-x6K0_EyEUYxMZv4ysA4Idecmtie9rP8ie_7Y3EXw/viewform