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Una vez más asistimos (AGFD) en primera persona a la “caída de caretas.”

Después de estar invitadas y confirmadas por la organización para participar en la 32 Muestra Internacional de Cine y Mujeres de Pamplona (organizada por el Área de Mujeres y Feminismos del Instituto de Promoción de Estudios Sociales (IPES) y compuesto íntegramente por mujeres autonombradas como feministas) para comentar la película Carmen y Lola con su directora Arantxa Echevarría.

¿Qué es lo que ha pasado?

Pues que una de las mujeres responsables de la organización del festival, nos llama para darnos una noticia de ultimísima hora. La directora de la película Carmen y Lola y su productora nos han vetado en dicho festival y han amenazado con prohibir la reproducción de la película si Gitanas Feministas por la Diversidad participa en esta mesa.

Esto es, la directora se niega a contrastar su obra, su guión recitado por indígenas a quienes dice dar voz, con las propias gitanas. Se niega a que el público vea que nuestra realidad es mucho más rica que su caricatura comercial. Lo que es peor, nos maquilla, nos dobla la voz, nos “dirige” y nos grita “corten!” sin dejarnos más recurso que el silencio. Si al menos fuese cine mudo! Aquí, por el contrario, tenemos otra producción más de superhéroes, solo que esta vez la superpaya está detrás de la cámara y nosotras somos las exóticas, las sensuales, las oprimidas y las manipuladas a las que viene a rescatar de nuestro pueblo de salvajes y villanos, sin dejarnos salir ni una coma de su guión. Somos el último modelo de muñeca hinchable.

Insisto, nosotras no nos hemos postulado ni autoinvitado. Habíamos sido llamadas directa e insistentemente por el festival, rogándonos que hiciésemos el hueco en la agenda y el sacrificio de cruzar España para cuadrarlo entre nuestros compromisos, porque como AGFD éramos las interlocutoras idóneas para esta conversación.  Y de la noche a la mañana, pasamos de imprescindibles a apestadas, porque un festival de feministas cede al chantaje de una productora y nos vende para poder presumir de que exhibe una película presentada en Cannes –aunque haya sido vapuleada por la crítica, por racista hasta el aburrimiento, como en la nada sospechosa reseña de Variety.

De nuevo, pero sin que deje de dolernos la puñalada, se articulan los hilos visibles, racistas y patriarcales que pretenden de manera sistemática e histórica, “quitarnos” la voz, el cuerpo y protagonismo en esta nuestra eterna resistencia. En una película cuyas protagonistas son gitanas y lesbianas, la directora de ésta, prohíbe que participe la única organización gitana feminista y por la diversidad que hay en España, y las feministas se desdicen, traicionan a las suyas y asienten, como criadas dóciles y complacientes… es como de película de miedo! ¿Se imaginan una película protagonizada por mujeres negras donde prohíban la participación de las organizaciones de mujeres negras?  Por supuesto, siempre están a tiempo de maquillarse de gitanas para darse la razón en ese diálogo de besugas.

Después de encajar el golpe brutal del europayismo feminista en estos lares, nuestra organización ha decido de forma unánime asistir a este prestigioso festival de cine feminista, siendo muy conscientes de la injusta posición en la que nos sitúan. Pero igualmente ocuparemos ese espacio  que nos reservan como actrices secundarias no invitadas. De vuelta a “la reserva india.” En este escenario expondremos, sin permiso, nuestro análisis de la película y tendrá que ser escuchado, eso sí, lo haremos desde el patio de butacas y con ruido de fondo.